La luz del sol inundaba las calles con un cálido resplandor, y el aire era tan cristalino como los pensamientos del niño que saltaba por el camino hacia el orfanato de Po. A pesar de haber sido abandonado por sus padres al nacer, Dorian (como le había bautizado el director Po) creció como un muchacho alegre y feliz. Ayudaba a los cuidadores del orfanato, mantenía el orden y, en general, era una presencia amable e inteligente.
Pasaron los años. Dorian se convirtió en un joven alto y apuesto, con rizos castaños que caían sobre sus anchos y varoniles hombros. Sin embargo, su anterior alegría había dado paso a una actitud más melancólica. Se acercaba la hora de abandonar el orfanato y temía enfrentarse a la realidad de la vida adulta. ¿A qué se dedicaría? ¿Cómo mantendría un techo sobre su cabeza y la barriga llena? Dorian no se sentía preparado para estos retos. Para colmo, se había enamorado perdidamente de la hija de Po, Agatha. Su amor era mutuo y sincero, pero el joven se reprochaba no tener medios para agasajar a su amada con finas sedas y oro.
Absorto en estos sombríos pensamientos, Dorian deambulaba por la calle pasando por delante de todos los letreros y escaparates de las tiendas, brillantes y coloridos. De repente, algo en un escaparate le llamó la atención: una joya de impresionante belleza, de color rojo sangre, engarzada en una exquisita montura de platino. El joven se sintió atraído por ella como por un imán. Unos instantes después, Dorian ya rondaba por las callejuelas y callejones, asegurándose de que nadie le seguía el rastro. El amuleto yacía tranquilamente en el bolsillo de su chaqueta.
“Cuando le dé este precioso colgante a Agatha, ¡me querrá aún más!”, pensó el joven con regocijo. Entonces se dio cuenta de lo sorprendentemente pesado que parecía ser el amuleto, que tiraba hacia abajo de su chaqueta. Lo agarró con la mano y se dio cuenta de que nunca se lo daría a nadie. Sintiendo de pronto un dolor agudo, Dorian sacó la mano del bolsillo y vio que la sangre fluía profusamente entre sus dedos. Pero, por alguna razón, esto no le perturbó lo más mínimo. Siguiendo un misterioso impulso, el joven se adentró en las sombras del callejón y apuntó con el amuleto a un solitario transeúnte. El hombre jadeó, dejó escapar un gemido bajo y luego cayó al suelo, sin vida. Dorian se dio cuenta al instante de que había encontrado la respuesta a todas sus preocupaciones, y que ahora podría satisfacer fácilmente todas sus necesidades y deseos. La vida sería gloriosa.
Al cabo de un año, el nuevo mago era el orgulloso propietario de cuarenta acres de tierra, con un enorme castillo que se alzaba amenazador en el centro. El anterior propietario, en circunstancias desconocidas, había nombrado heredero a Dorian justo antes de su prematura muerte. Los sirvientes del castillo obedecían a su nuevo y poderoso amo sin rechistar, ya que habían visto cómo algunos de sus compañeros pagaban con la vida su desobediencia. Dorian se había olvidado por completo de Agatha y del orfanato, y solo escuchaba la llamada de la Sangre. Sin embargo, a pesar de su vida de lujo, el Mago de Sangre no era dueño de sí mismo. Cada día, el amuleto le ordenaba salir del castillo y cometer atrocidades, provocando un sufrimiento indecible a un número incontable de personas. Dorian no tenía más remedio que seguir las órdenes de la maliciosa joya. En las remotas provincias del imperio donde el joven mago llevaba a cabo impunemente su sangriento trabajo, las listas de viudas y huérfanos seguían creciendo. El brillo que antes animaba los ojos del joven había desaparecido, sustituido por una mirada apagada e incolora. Su mirada era la de un esclavo que resentido de su sometimiento. ¿Podría este Dorian ser realmente el mismo niño que solía acercarse sigilosamente a las enfermeras del orfanato, tirarles de las faldas para divertirse y luego caerse al suelo rodando de la risa?
Por fin llegó el día en que algo en el interior de Dorian se hartó. Decidió reunir las fuerzas que le quedaban y desafiar al amuleto. Agarró la piedra con tanta fuerza que empezó a brotarle sangre de la palma. Y en respuesta, el artefacto se despertó, llamándole, suplicándole, exigiéndole. El enfrentamiento se hizo cada vez más intenso y en los ojos del mago aparecieron llamas ardientes. Su mente gritaba de agonía, y su cuerpo era sacudido por un dolor insoportable. ¿Quién sabe cuánto tiempo lucharon así? A Dorian le parecieron horas. Estaba a punto de desmayarse por la pérdida de sangre, pero el amuleto no mostraba signos de someterse. En un último acto de desesperación, el joven cogió un cuchillo y, sujetando el amuleto contra su pecho, lo clavó tanto en la joya como en su propio corazón. El cristal se rompió en mil fragmentos carmesí en el suelo, donde nadaron en el charco de sangre que brotaba de la herida. Mientras Dorian caía en el olvido, lo último que sintió fue cómo se debilitaba el poder posesivo del amuleto sobre él.
Unos días más tarde, se despertó, sano y salvo. La joya también se había restaurado, alimentándose de la sangre del mago. Ahora que sus dos almas estaban entrelazadas, Dorian volvió a ser el de antes, y sus ojos brillaron de nuevo con luz y amabilidad. Sin embargo, le pesaba en la conciencia todo el dolor que había causado y comprendió que debía expiar sus pecados. Buscó a los Guardianes y les confesó todo, sometiéndose a su juicio. Los héroes confiaron en que el mago se había reformado de verdad y le concedieron permiso para utilizar la Magia de la Sangre con fines nobles.
Héroe
Dorian
Médico/ Apoyo
Lucha en la retaguardia
Inteligencia
De joven, Dorian robó un amuleto de piedra roja para regalárselo a su amada. El amuleto lo esclavizó y nunca llegó a dárselo. Dorian hizo lo que el amuleto quería, cometiendo una atrocidad tras otra. ¡Fue una situación muy traumática! Además de su libertad, recibió un regalo: magia de sangre. Desde entonces, el mago, eternamente joven, ha sido el amo del amuleto. ¿Cuánto durará?
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Estadísticas máximas
Poder189 785
Salud690 851
Fuerza3 020
Armadura34 934
Daño físico24 207
Agilidad2 885
Daño mágico130 178
Resistencia mágica54 312
Inteligencia18 331
Puntos fuertes y puntos débiles
Puntos fuertes:
Aumenta enormemente la capacidad de supervivencia de los héroes que infligen daño en la retaguardia, independientemente del tipo de daño que inflijan (ej. Lian, Orion, Heidi, Elmir).
Puede resultar útil contra los héroes con efectos de desplazamiento (Sin rostro, Lars, Maya, Fox), ya que su aura cura a todo el equipo.
Puntos débiles:
Curación débil para los héroes de primera línea.
Débil contra los héroes que apuntan a la retaguardia (Tajador, Jhu, Kayla, Jorgen, Luther).
Asistencia
Dorian
Habilidades
Fuente de sangre
Pone una marca de sangre al rival más cercano durante 7 segundos. Los aliados recuperan salud al atacar a un enemigo marcado.
Salud recuperada: 155 % de daño causado
Amuleto de los ancestros
Dorian sacrifica un 20 % de su salud actual y cura al aliado que tiene menos salud.
Curación aliada: 165 % de salud sacrificada
Alas de la noche
Libera una bandada de murciélagos que golpean dos veces a los rivales. Al volver con su dueño, le restauran salud equivalente al 100 % del daño causado.
Daño: 18720 (Depende del daño mágico)
Iniciación
Aumenta el vampirismo de los aliados cercanos.
Aura vampírica: 115 %
Dorian
Aspectos
Inteligencia:
+1 365
Daño mágico:
+10 687
Salud:
+106 645
Armadura:
+10 650
Resistencia mágica:
+10 650
Dorian
Artefactos
Acero sangrante
Probabilidad de activación: 100% Daño físico: +33459
Tomo del saber arcano
Daño mágico: +16731 Salud: +83649
Anillo de inteligencia
Inteligencia: +6249
Necesito un héroe
¡Conviértete en una leyenda!