¿Qué es realmente un arma? ¿Es buena o mala, un instrumento de protección o de destrucción? ¿Y quién es al final el que derrama la sangre del enemigo: la espada o su dueño?
La posesión de armas en las Arenas Orientales estaba estrictamente prohibida por decreto del zafir Sargor II. Sólo el zafir, el gobernante del khaganato, y sus guardias tenían derecho a portar armas. Para un plebeyo, poseer un arma era un crimen terrible, castigado con la muerte.
Pero el joven apartó esos pensamientos de su mente, mientras se adentraba de puntillas en el tesoro del khaganato. El niño de la calle nunca se había aventurado tan lejos. Se pavoneaba orgulloso entre las montañas de oro, pasando sus mugrientos dedos por preciosos jarrones. No era la primera vez que Elmir estaba allí. Nunca tomaba demasiado, sólo lo suficiente para sobrevivir. Pero, de algún modo, siempre encontraba nuevas razones para volver.
Siguió escabulléndose sigilosamente entre los tesoros incalculables hasta que un sonido repentino le hizo detenerse en seco. Siguiendo el ruido, se apresuró a entrar en la cámara occidental del tesoro y volvió a quedarse inmóvil, conteniendo la respiración y escuchando atentamente. Ah, ¡ahí estaba otra vez! Se acercó con confianza a un pequeño armario lleno de telas y alfombras raras. ¡Por fin! Por fin vio lo que sólo ahora comprendía que había estado buscando todo este tiempo: dos largas espadas, grabadas con bellos patrones de oro y plata. Las espadas le habían estado llamando en sueños, invitándole a acudir allí una y otra vez. Elmir agarró ambas armas y se dio la vuelta, pero tropezó con un montón de armaduras y cayó de espaldas. Dejó momentáneamente de sentir su cuerpo, pero, tras recobrar la conciencia, tuvo la extraña sensación de estar dividido de algún modo en cuatro cuerpos separados, cada uno con vida propia. Todo lo que sus copias translúcidas veían y oían, él también lo veía y oía.
Pero su asombro se convirtió rápidamente en temor cuando los guardias de Sargor II irrumpieron en el tesoro para investigar el ruido. Las copias de Elmir tomaron posiciones de combate y empezaron a rechazar a los intrusos, mientras el propio Elmir percibía todo simultáneamente desde cuatro puntos de vista diferentes. Dada su falta de experiencia en la lucha con espadas, el callejero agarró ambas espadas con una sola mano y planeó una rápida huida. Pero entonces, para gran sorpresa del muchacho, las hojas se fundieron mágicamente en un exquisito arco y un carcaj. Una voz interior indicó a Elmir cómo tensar el arco, levantar el codo y apuntar. En unos instantes, Elmir y sus duplicados se escabulleron con seguridad del tesoro, dejando a los guardias inmóviles en el suelo.
El chico, sin aliento y completamente desconcertado, buscó refugio bajo el destartalado tejado de una casa abandonada, tratando de encontrarle sentido a todo aquello. Y cuando recobró el sentido, se dio cuenta de que sus copias se habían desvanecido como un sueño en el aire. Lo siguiente que oyó fue una voz que le hablaba, procedente claramente de su nueva arma mágica.
“¡Saludos, Elmir, el hijo nacido en secreto de Tur Khazari! Por fin te encontramos: ¡el último heredero al trono, la última esperanza del linaje destruido por el atroz usurpador, Sargor II!”.
“¿Quién eres y qué quieres de mí?”, gritó el chico, con la mente luchando por seguir el ritmo de las constantes sorpresas.
“Somos las Espadas de las Muchas Verdades, guardianas de un secreto conocido por nuestros enemigos”.
Las espadas le contaron la historia de cómo el clan Khazari acudió una vez en ayuda de los titanes, que les otorgaron a cambio un arma legendaria; un arma dotada no sólo de un poder extraordinario, sino también de alma propia. Contaron cómo Sargor II juró lealtad a la Oscuridad a cambio del Fuego Frío, la única arma capaz de romper y subyugar la voluntad de las cincuenta espadas vivientes. Sólo las Espadas de la Verdad lograron eludir las manos del impostor regicida. Durante todo este tiempo, las espadas habían estado buscando, llamando al heredero del linaje Khazari, para que se uniera a ellas en la venganza contra el villano.
Todo lo que las espadas le dijeron a Elmir resonó con sus intuiciones más profundas, y este aceptó agradecido su regalo. Y así, el mugriento huérfano resultó ser el hijo ilegítimo del zafir del khaganato, y se encargó de salvar su patria y las legendarias armas de sus antepasados. Consiguió rescatar a más de tres docenas de espadas, pero el resto desapareció junto con Sargor y sus cómplices cuando escaparon. Elmir se unió entonces a los Guardianes para limpiar Dominion de la Oscuridad y salvar las armas forjadas por la Luz.
Héroe
Elmir
Guerrero/ Tirador
Lucha en primera línea
Agilidad
Solo los verdaderos héroes son merecedores de portar armas legendarias. Las Hojas de las Verdades Infinitas tienen voluntad propia y solo aceptan a aquellos que son dignos de su poder. ¡Elmir sabe que, incluso entre tantas verdades, siempre habrá una que prevalezca por encima de todas!
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Estadísticas máximas
Poder190 483
Salud346 348
Fuerza2 989
Penetración de armadura54 761
Armadura23 902
Daño físico98 579
Agilidad18 186
Daño mágico8 514
Resistencia mágica8 483
Evasión13 380
Inteligencia2 838
Puntos fuertes y puntos débiles
Puntos fuertes:
Daño elevado que no depende de los golpes críticos. Puede contrarrestar a los héroes que son eficaces contra los golpes críticos.
Salta hacia la parte trasera del equipo mientras usa la primera habilidad. Gran sinergia con Dorian.
Las copias invocadas ayudan a defender al equipo y evitan que K'arkh lance a los aliados.
Puntos débiles:
Las copias son vulnerables a los daños de área.
Elmir puede convertirse en objetivo de Phobos al aumentar su propio ataque físico.
Asistencia
Elmir
Habilidades
Arenas movedizas
Elmir se posiciona en la retaguardia, usa su segunda habilidad (si está disponible) y realiza ataques a distancia durante los siguientes 10 segundos. Este héroe obtiene daño físico adicional mientras la habilidad esté activa.
Daño físico adicional: 47210 (Depende del daño físico)
Espejismo
Elmir crea una copia de arena a su lado con un 74 % de su salud máxima. La copia no puede regenerar vida ni ser asistida por aliados. Pierde vida con el tiempo y desaparecerá a los 12 segundos si no es destruida antes.
Porcentaje de salud de la copia: 74 %
Hojas certeras
Las copias de arena pueden atacar a los enemigos. Las copias creadas con la primera habilidad atacarán desde la distancia.
Daño de ataque de la copia: 20287 (Depende del daño físico)
Verdades infinitas
Cuando Elmir use su segunda habilidad, existe la posibilidad de crear dos o cuatro copias.
83 % de probabilidad de crear dos copias. 42 % de probabilidad de crear cuatro copias.
Elmir
Artefactos
Hojas de las verdades infinitas
Probabilidad de activación: 100% Penetración de armadura: +50190
Folio alquímico
Penetración de armadura: +16731 Daño físico: +5577
Anillo de agilidad
Agilidad: +6249
Necesito un héroe
¡Conviértete en una leyenda!